Los acuerdos kármicos son promesas que hemos hecho, en esta vida o en anteriores, hacia nosotros o hacia otras personas, que acaban condicionando y limitando nuestra vida hasta que neutralizamos su influencia en nosotros.
Se producen cuando mantenemos cualquier tipo de promesa con una carga energética tan intensa que genera una especie de sello. Frases como "Nunca jamás haré", "Haré x cosa para siempre", "...hasta la eternidad", "...hasta que la muerte nos separe...", "Juro que..." unidas a una intención muy fuerte son proclives a generar acuerdos kármicos. Aquí tenemos algunos ejemplos:
1) Si en otra vida fuimos monjes, pudimos adquirir el voto de castidad, celibato, silencio...
2) Si hemos amado mucho nuestra pareja y fallece, podemos jurar que no tendremos jamás ninguna pareja para preservar su honor.
3) Si tenemos un desengaño amoroso, podemos prometer que no nos comprometeremos nunca más en una relación
...
Se tratan de juramentos, pactos, votos... que hicimos en otras vidas o que hemos hecho en ésta que tomamos en un determinado momento porque creíamos que era lo correcto pero con el paso del tiempo pueden suponer una pesada losa en nuestra vida y un impedimento a nuestra evolución y crecimiento personal. Se manifiesta en forma de sensación de cargas, de limitaciones, de falta de merecimiento, de no poder hacer ciertas cosas...
Acuerdos kármicos más comunes
Los acuerdos kármicos más frecuentes son los siguientes:
- Votos de pobreza: Se trata de renunciar a la riqueza al considerarla como pecaminosa y fuente de avaricia y maldad. Es frecuente en comunidades religiosas. Implica que las personas afectadas, en la misma vida o en posteriores, tengan problemas económicos y de prosperidad.
- Votos de castidad: Consiste en renunciar al placer y a la sexualidad al creer que es fuente de perversión y pecado. Abunda también en comunidades religiosas. Conlleva en las personas que sufren un acuerdo kármico de este tipo falta de deseo, sensación de culpa al tener placer, disfunciones sexuales...
- Votos de sacrificio: Significa negar el amor a uno mismo para dar la vida a los demás y ganarse el cielo. Es también común en comunidades religiosas. Las personas que los sufren tienden a renunciar a sus necesidades, se descuidan y se enfocan solo a servir y ayudar a los demás.
- Votos de celibato: Llega cuando anclamos nuestro amor a dios (origen religioso) o a otra persona, normalmente pareja, que ha significado mucho para nosotros. Ha sido tan importante que le juramos fidelidad eterna. Esto condiciona futuras relaciones, en esta vida o en posteriores. Hay saboteo de relaciones, falta de compromiso, rupturas súbitas... Todo debido al yugo del voto de celibato.
- Votos de silencio: Se produce cuando nos comprometemos a guardar silencio absoluto debido a la creencia que la ausencia de palabra nos conducirá a la pureza interior. O, en otro sentido, cuando en una situación extrema hemos guardado un secreto (en una guerra, por ejemplo), hasta el punto de ser torturados con la intención de hacernos hablar. En este caso, las personas que cargan con ellos, tienen dificultades para expresar sus opiniones, sentimientos, necesidades, hablar en público... Las personas tímidas muchas veces sufren de estos juramentos.
- Votos de sufrimiento: Es causa de la creencia que el cuerpo es malo y una carga para el alma. Como consecuencia, se infligen castigos y auto agresiones para demostrar el compromiso con la divinidad. Es una forma de expiación de los pecados a partir de la certeza que el sufrimiento nos liberará. Se manifiesta, en al vida en la que hemos hecho el voto o en las siguientes, en personas que se maltratan, tienen adicciones, sufren depresiones y tienen la creencia que en el mundo se ha venido a sufrir.
- Votos de obediencia: Ocurre en ambientes religiosos o en sectas en los que sus miembros renuncian a sus ideas, creencias y voluntades y los subordinan a un dios, líder... Las personas que sufren este tipo de voto tienen un miedo irracional a la autoridad (padres, jefes, políticos, policias, jueces...) hasta el punto que son incapaces de enfrentarse a ellos.
Liberar unos acuerdos que nos perjudican
Veis que la cantidad de limitaciones que conllevan los acuerdos kármicos puede ser muy grande. Merece la pena poder liberarlos y dejar de ser esclavos de estos vínculos con un pasado que ya no es nuestro. Esto nos permite avanzar hacia nuestro futuro sin lastres ni condicionamientos del pasado.
¿Tienes la sensación de estar influenciado por alguno de estos acuerdos kármicos? A través del trabajo con el subconsciente podemos liberarlos, así como otros bloqueos como son los bloqueos emocionales y los traumas, las lealtades familiares, los espíritus, las energías negativas y las creencias limitantes.
Foto de Darkness en Unsplash
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