Los tímidos a menudo tienen la sensación que nadie les tiene en cuenta y se sienten marginados. Si somos honestos, veremos que detrás de esta sensación hay una poca aceptación de nosotros mismos y poco compromiso en cambiar la situación. En este artículo indago sobre este interesante aspecto.
“Todo el mundo va a su rollo”, “Tal persona siempre se sale con la suya”, “A mi nadie me pide la opinión”, “Parece que soy invisible”, “siempre acabo haciendo lo que quieren los demás”, “Aquí el más fuerte impone su opinión”… ¿Te suenan estas frases?
Son sentencias comunes en los tímidos que denotan mucha frustración y la sensación que nadie nos comprende ni se preocupa por nosotros y que estamos marginados. También transmite la idea que los tímidos somos víctimas de personas egoístas o más fuertes que solo miran por sus intereses sin tener en cuenta nuestras necesidades. Y que nosotros, como somos sensibles y débiles, terminamos cediendo a sus intereses.
La forma de salir de esta situación es ser honestos con nosotros mismos y asumir que en muchos casos cuando nos sentimos marginados y no escuchados hay una parte nuestra de responsabilidad. Por eso te presento las actitudes que favorecen esta sensación de sentirnos marginados y la forma de salir de ella:
¿QUÉ ME HACE SENTIR MARGINADO?
1) EL VICTIMISO
El victimismo es una actitud común en las personas tímidas que nos proporciona un beneficio trampa: la culpa de sentirnos marginados es de los demás, que son insensibles y no nos tienen en cuenta a nosotros, los pobrecitos tímidos. Somos unas pobres víctimas de una sociedad agresiva donde los fuertes se imponen a los débiles.
En el fondo es una situación cómoda porque traslada la culpa a los demás. Pero con esta actitud seguimos siendo víctimas y no solucionamos nuestra solución. Seguimos sintiéndonos marginados. Para conseguir un cambio debemos dejar de mirar hacia fuera, hacia los demás y tomar nuestra propia responsabilidad para salir de esta situación
2) LA BAJA AUTOESTIMA
Es muy bueno tener en cuenta esta regla “Lo que sucede en el exterior sucede en el interior”. Por consiguiente, lo que podemos hacernos para salir de la víctima y sentirnos marginados es ser honestos y plantearnos lo siguiente: “Creo que los demás no me aceptan, no me valoran, no tienen en cuenta lo que siento, pienso, quiero, deseo pero... ¿qué actitud tengo yo sobre mi mismo? ¿Me acepto, me valoro y tengo en cuenta lo que siento, pienso quiero y deseo?
Es más fácil y duele menos echar la culpa a los demás que reconocer que en el fondo el problema está en nosotros mismos. Pero la actitud que vemos o creemos que vemos de los demás hacia nosotros es en realidad la actitud que tenemos nosotros hacia nosotros mismos. Duele, pero reconocerlo es el primer paso para avanzar y salir del estado mental de víctima y de marginado.
3) LA EVITACIÓN
Los tímidos tenemos un gran reto: queremos que los demás nos tengan en cuenta pero evitamos expresar nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, necesidades, deseos por miedo al rechazo, a lo que pensarán, a molestar o, simplemente, porque no nos consideramos importantes como para aportar nuestro punto de vista.
Aquí conviene ser honestos otra vez con nosotros mismos y preguntarnos: ¿Cómo quiero que los demás tengan en cuenta mi sentimientos, emociones, mi opinión, mis necesidades, mis deseos… si no lo expreso, no lo comunico a los demás? ¿Hasta qué punto son los demás los que me hacen sentir marginado o más bien soy yo el responsable que no me tengan en cuenta a través de mi actitud de evitar, no mostrarme a los demás, callar, otorgar, no intervenir...
Esta situación nos lleva a menudo a experimentar el aislamiento y la soledad.
¿CÓMO PODEMOS DEJAR DE SENTIRNOS MARGINADOS?
La forma sentirse reconocido y tenido en cuenta en un grupo pasa por dejar la víctima, asumir la responsabilidad propia, tomar acción y expresar nuestro punto de vista a los demás:
1) DEJA LA VÍCTIMA
Estar en la víctima te mantiene en la parte cómoda de culpar a los demás pero no soluciona nada. Te propongo un cambio de planteamiento que lo cambia todo que pasa por hacer un cambio de preguntas:
Pregunta vieja de víctima: ¿Por qué todo el mundo me ignora?
Pregunta nueva de toma de responsabilidad: ¿Qué puedo hacer para que la gente me tenga en cuenta?
El cambio de enfoque conlleva un cambio radical de actitud y energía y nos impulsa a tomar responsabilidad y pasar a la acción.
2) ACÉPTATE Y VALÓRATE
El paso previo para mostrar tu forma de ser ante los demás es aceptarte y valorarte:
- Acepta con comprensión y afecto que no eres perfecto y no tienes el control de todo
- Haz una lista de las cosas que deseas mejorar en tu vida y cómo podrías realizarlas
- Haz una lista con las cosas positivas que ves en ti
- Pregunta a la gente de tu entorno que escriba las cosas positivas de ti
- Haz una lista de todos los hitos y retos que has conseguido en tu vida
- Valórate por todo lo que has conseguido en la vida pero también simplemente por lo que eres, una persona con ganas de compartir el mundo con los demás
3) SIÉNTETE MERECEDOR
A menudo no nos mostramos ante los demás porque no nos sentimos merecedores ni importantes:
- Haz una lista de todas las cosas que te hacen sentir feliz
- Escribe una frase con cada cosa que has anotado que diga:
“Yo merezco X (una de las cosas que has anotado en la lista) porqué/por/para...(el motivo, el objetivo o la finalidad)”.
Después de los ejercicios del punto 2 y 3 seguramente te aceptarás y te valorarás más y te sentirás más merecedor. Esto te permitirá mostrarte ante los demás y que te tengan en cuenta tu punto de vista.
4) MUÉSTRATE
La forma que te tengan en cuenta es mostrarse, ¡no hay más!
ASERTIVIDAD: Explica lo que sientes, piensas, tus emociones, necesidades, deseos y plantea propuestas a los demás con confianza pero a la vez con respeto a la posición de los demás. No caigas ni en el extremos de callarte las cosas ni tampoco en el de tratar de imponer. Si hablas desde tus emociones llegarás más a los demás y si tienes la actitud de buscar acuerdos que satisfagan a todas las partes tendrás más posibilidades de que te tengan en cuenta y que te sientas aceptado.
EMPATÍA: Si te muestras comprensivo y cercano hacia los demás, mostrando tus necesidades y emociones, los demás lo percibirán y responderán de la misma forma. Generarás más conexión y será más fácil que llegues a acuerdos y te sientas más cómodo en un grupo.
PERSUASIÓN: Los tímidos pecamos de no ser persuasivos. Por eso es interesante que mostramos nuestras preferencias y propuestas y que lo hacemos mostrando los beneficios que van a suponer para el grupo. Presentar bien una propuesta es un buen paso para que sea aceptada en el grupo.
La asertividad, la empatía y la persuasión son aspectos muy importantes para tener más habilidad social. En próximos artículos hablaré de cada uno de ellos.
CONCLUSIÓN
La forma que los tímidos dejemos de sentirnos marginados y no aceptados por sistema es dejar la actitud de víctima. Si lo hacemos, tomaremos la responsabilidad y veremos que hay una parte de nosotros que fomenta esta actitud. Cuando en un trabajo interno aprendemos a aceptarnos, valorarnos y a sentirnos merecedores, nos sentiremos capaces trabajar en el exterior, pasar a la acción y mostrarnos cómo somos, lo que sentimos, pensamos y queremos a los demás. Si dominamos las habilidades sociales (asertividad, empatía y persuasión) nos relacionaremos mejor y será más fácil que nos sintamos integrados y aceptados.
Conviene tener en cuenta también que no siempre nos salimos con nuestra intención o acabamos cediendo en algo por el beneficio de todos. Forma parte de las relaciones y de la interacción de las personas.
Espero que este artículo sobre la marginación en los tímidos haya sido de tu interés. ¡Puedes publicar tus comentarios debajo! Me gustará ver tu punto de vista 😀
Foto de Alex Iby en Unsplash
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