En un artículo anterior comentaba que la timidez por lo general no es aceptada o bien vista socialmente por lo que esto añade una presión extra a las personas tímidas que sienten que hay algo erróneo en ellos. Con la introversión pasa algo parecido y en este artículo te quiero explicar como puedes manejar tu introversión y sentirte mejor contigo mismo y con los demás.
Nota: Quizá te interesa leer estos tres artículos que tratan sobre la timidez y la introversión:
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1) Acéptate, no hay nada erróneo en ti
Hay una tendencia a relacionar las personas extrovertidas al éxito. Se dice que son abiertas, quese relacionan bien, saben expresarse de forma fluida, rápida y convincente… Están vistas como mejores, más competentes, más enérgicas, más activas, más interesantes, más dignas de amistad. Nuestra sociedad premia el ser social o extrovertido y no da el suficiente valor a las personas introvertidas.
A partir de esta creencia, de esta convención social, los introvertidos muchas veces sienten que hay algo malo en ellos, tienen una sensación de culpa, de no ser suficientes, de no ser completos, de estar encerrados en su mundo, de no ser sociables y de ser menos que otros personas más abiertas. Tienen la convicción que hay en ellos una parte errónea que conviene “arreglar”. Hay una negación de sí mismos. Y esto a veces les empuja a salir de casa, de fiesta, tener relaciones sociales “por obligación”, para ser “normal”. El problema de esta actitud es que se fuerzan y haciendo esto renuncian a una parte de su ser y hacen cosas que no les apetecen, no les satisfacen y les agotan.
Si bien es cierto que las relaciones son muy importantes en nuestra vida y que es bueno tener unas aptitudes sociales para interaccionar con los demás, tampoco debemos de caer en la idea que la base de la felicidad es estar continuamente relacionándonos con los demás. Y menos los introvertidos. En estos casos es mejor la calidad y la medida en las relaciones. Y tomarse sus tiempos de descanso y tranquilidad.
Por lo tanto, es fundamental aceptarte y escuchar tus necesidades más allá de prejuicios sobre como deberíamos de ser las personas. ¡Está bien ser introvertido!
2) Escoge las personas y los ambientes que te hacen sentir bien
Como he comentado, los introvertidos se fuerzan a menudo para ser más sociables porque creen que no lo son lo suficiente. Lo que es interesante remarcar es que la sociabilidad no se define por el número de personas que conocemos durante una celebración o por la cantidad de amigos que tenemos anotados en nuestra agenda de contactos.
Un primer punto a tener en cuenta es que escuches tus necesidades sociales y que actúes en consecuencia. Y eso puede pasar por:
- Proponer hacer encuentros con amistades en espacios tranquilos e íntimos donde puedas estar bien y sentirte confortable.
- Si estás bien en pequeños grupos, puedes quedar con amistades de forma individual o con pocas personas en vez de en grupos muy numerosos donde te puedes sentir más disperso.
- Busca a personas que resuenen contigo en vez de intentar cambiar tu forma de ser. Personas que tengan ese punto de vista profundo y trascendental de las cosas, con las que puedas hablar tranquilamente. Te ayudará a sentirte comprendido y a formar parte de un grupo.
- En el caso de estar en un ambiente con mucho ruido y gente, intenta de vez en cuando salir a tomar el aire y descansar un poco para volver a cargarte.
- Permítete tener momentos para ti, para estar solo, haciendo las cosas que te gustan en casa o en la naturaleza. Tener estos espacios te recarga energeticamente y eso no quiere decir que seas antisocial.
3) Ten un mínimo de vida social
Los seres humanos somos sociales, nos sentimos bien al interaccionar con los demás. Si bien es cierto que las personas introvertidas no tienen una necesidad tan marcada de relacionarse con los demás, esta necesidad existe y es interesante que te plantees tener cierta vida social.
Intenta no encerrarte demasiado en tu burbuja, en tus cosas, en tu mundo interior de pensamientos, en tus aficiones individuales. De vez en cuando conviene contactar con gente para hablar, compartir, ver otros puntos de vista, solicitar ayuda, aprender, crecer… Intenta encontrar gente afín a tu forma de ser con la que puedas compartir ideas y experiencias.
Este consejo está especialmente dirigido a las personas introvertidas y tímidas, las que más tendencia tienen a encerrarse en sí mismas. Si en tu día a día dejas de hacer cosas por miedo a interaccionar con los demás, conviene abordarlo ya que esto te está limitando en tu vida.
4) Expresa tu opinión
Las persona introvertidas tienden a ser cautas y observadoras y eso les lleva a menudo a no expresar su opinión. Puede ser por 3 motivos principales:
a) La conversación del grupo no les interesa, desconectan y se pierden en sus ideas. En este caso tienes la capacidad de introducir temas que sean de interés. Y en última instancia, si no resuenas con el grupo, te puedes plantear encontrar gente con la que hablar sobre temas de tu interés. Seguro que disfrutarás más de las relaciones y no desconectarás tan frecuentemente.
b) Están tan atentos por analizar las ideas que se expresan, a unir conceptos, a preparar argumentaciones... que a veces cuando tienen las ideas claras y ordenadas y están a punto para intervenir, el grupo ya ha cambiado de tema y se quedan sin opinar. En este caso es interesante ser más espontáneo e intervenir de una forma más rápida. No tenemos porque soltar una gran intervención, podemos expresar ideas parciales que con aportaciones posteriores y las ideas de los demás se pueden enriquecer. Lanzarnos a expresar nuestra opinión puede resultar un buen ejercicio. Además, siempre podemos rectificar o modular nuestras opiniones sobre la marcha.
c) Tienen miedo a que su opinión no se bien recibida, que sea rechazado, burlado, apartado, desacreditado. Se siente inferior, poco valioso y que su opinión no cuenta para los demás. Esto se da especialmente en las personas introvertidas y tímidas. Cuando dejamos de decir cosas por miedo estamos negando nuestra forma de ser y de sentir con lo que es interesante abordar estas situaciones con un especialista para superar los bloqueos, las creencias limitantes y las actitudes que nos impiden mostrarnos ante los demás. Por que sí, tu opinión es tan importante que los demás y mereces expresarla.
5) Defiende tu punto de vista
Los introvertidos tienden por una parte a analizar sus puntos de vista y también los de los demás y por otra parte evitan normalmente la confrontación. Esto les puede llevar a otorgar, a ceder ante ciertas situaciones por ese miedo al conflicto, sea pequeño o grande. Y disimulan esa actitudes con argumentaciones como “tampoco es tan importante”, “no pasa nada”. Conviene que en las relaciones tengas claros tus puntos de vista y tus necesidades y que sepas exponerlas y defenderlos si cabe. Si los expones de forma clara estarás en disposición de negociar una vía satisfactoria para ambas partes.
6) Pasa a la acción
Los introvertidos solemos ser personas de ideas y nos puede costar pasar a la acción. Antes queremos tener toda la información, tenerlo todo planificado, controlado, encontrar la mejor vía... Estas actitudes conducen frecuentemente a la parálisis y a la no acciónpor una afán de tomar las decisiones correctas en la vida. Es interesante encontrar un equilibrio entre la planificación, la previsión y ser metódico, que son buenos y la acción, que también lo es. Y tener en cuenta que si nos equivocamos tenemos siempre la posibilidad de aprender de este error y con esta experiencia práctica mejorar y tomar mejores decisiones en un futuro.
7) Baja a la Tierra y al cuerpo de vez en cuando
El mundo de las ideas está bien pero intenta de vez en cuando descansar la mente y sentir el cuerpo. Te puede venir bien recibir un masaje, hacer ejercicio, tomar consciencia del funcionamiento de tu cuerpo… Y por otra parte, puedes realizar actividades que te conecten con la Tierra y con los demás (habla con gente, ten una mascota, sal a la naturaleza…).
8) Sé un poco más flexible
Otro gran reto de las personas introvertidas es la flexibilidad. Solemos tener una estructura mental sólida porque analizamos todos los puntos de vista. Pero a veces esto nos conduce a ser rígidos y a considerar que tenemos la razón en nuestra forma de entender las cosas. Es interesante abrirnos a nuevas posibilidades y a escuchar a los demás porque eso nos pueden aportar nuevos puntos de vista que nos lleven a nuevas conclusiones.
9) Sé un poco más espontáneo
La necesidad de prever, controlar, organizar… hace que perdamos espontaneidad. Es muy bueno salir de vez en cuando de esta rigidez y abrirse a experimentar sin tanto análisis ni necesidad de tenerlo todo bajo control. Desarrollar nuestra capacidad de improvisación que nos llevará a soltarnos, a tener más seguridad y a dejarnos llevar por los cambios y sorpresas que nos depara la vida.
¿Qué te parece el artículo?, ¿quieres añadir algo más? Me encantará leer tu opinión 😉
Foto de Warren Wong en Unsplash
Giovana Dice:
Muy bueno el articulo,,siempre aportando elementos que nos ayudan a salir a nosotros del caparazon y ayudar a otros. Poder encontrar el equilibrio y aceptarnos tal cual somos.
Albert Torrent Dice:
Gracias Giovana por tu comentario. Me alegra que los artículos te sean de utilidad! 😉