Las creencias son estados mentales que nos llevan a afirmar que las cosas son de una determinada manera y no de otra y, como consecuencia, condicionan en gran parte la forma como entendemos el entorno y el modo de interaccionar con él. En este artículo nos centraremos en las creencias limitantes y cómo afectan nuestra forma de relacionarnos con los demás. Y veremos también como podemos cambiar las creencias limitantes y sustituirlas por otras creencias potenciadoras de forma que nos permitan tener una vida más plena.
CREENCIAS POTENCIADORAS Y CREENCIAS LIMITANTES
Las experiencias que tenemos en la vida pueden condicionar nuestras creencias acerca de ella. Por ejemplo, si en nuestra vida hemos vivido alguna dificultad económica podemos tener la creencia que nos somos capaces de generar prosperidad. Es interesante ver en este punto que esta propia creencia nos condiciona futuras experiencias hasta el punto que damos por supuesto que si emprendemos un negocio lo más seguro es que no tendrá éxito.
Denominamos a este mecanismo una profecía autocumplida: La creencia acerca de un hecho hace que preveamos que nuestra forma de actuar tendrá siempre un mismo resultado (el ejemplo que he mostrado es negativo, aunque las profecías autocumplidas pueden ser también positivas).
De esta forma vemos como se genera el siguiente bucle:
1) Tengo una experiencia de la cual genero una creencia
2) Esta creencia hace que tenga unas expectativas concretas ante otras experiencias parecidas en el futuro (negativas o positivas).
3) Interpreto la experiencia según mi filtro de forma que confirme mis creencias.
4) La experiencia refuerza todavía más mi creencia y condiciona con más fuerza la forma de interpretar futuras experiencias similares.
LA FORMA DE INTERPRETAR Y GESTIONAR LAS EXPERIENCIAS
Las creencias no dependen exclusivamente de las experiencias que hemos tenido. Seguramente que a todos nos viene a la mente a personas que aparentemente han tenido una vida sin grandes adversidades y que no son felices. Y al contrario, personas que han vivido situaciones difíciles y a pesar de todo lo llevan con entereza. ¿Qué explica esas diferencias? Pues la forma de interpretar y gestionar las experiencias.
Has oído la frase que dice "lo que marca la diferencia no son las cosas que nos pasan sino cómo las interpretamos"? Efectivamente, el enfoque y el significado que damos a los que nos sucede es de gran importancia: cuando estamos ante retos, ¿nos centramos en los problemas o en las oportunidades? ¿En la seguridad o en el crecimiento? ¿En el victimismo o en las ganas de trascender la situación? ¿En el miedo o en el amor? ¿En la pasividad o en la acción? ¿en la falta de fe o en la confianza?...
LA VULNERABILIDAD DE NUESTRA NIÑEZ
A pesar de este último punto, es cierto Hay un momento en nuestra vida en el que las experiencias que vivimos marcan especialmente nuestras creencias: me refiero a la gestación, el parto y la infancia. Cuando somos niños, nuestras experiencias tienen un impacto mayor en nuestras creencias porque no tenemos desarrollado el segundo punto que te comentaba, la interpretación y gestión de las experiencias vividas. Por lo tanto, el niño vive las experiencias sin filtro y con más vulnerabilidad. Es en esta etapa cuando se forja nuestra personalidad y cuando generamos creencias, positivas y negativas, que marcan la forma como interpretamos la vida.
ENTRA EN JUEGO EL SUBCONSCIENTE
El subconsciente es el responsable de aproximadamente el 90% de nuestros comportamientos y detrás de estos comportamientos hay unas creencias. En la mayoría de ocasiones, cuando tomamos una decisión no lo hacemos de forma consciente sino subconsciente, según unas creencias y aprendizajes muy interiorizados. Pasa como cuando vamos en bici. No pensamos que tenemos lo que hacer en cada momento: simplemente lo hacemos porque el subconsciente ha integrado la experiencia de ir en bici y permite que vayamos de forma automática.
En otros aspectos del día a día, el funcionamiento es similar. El subconsciente procesa continuamente todas nuestras experiencias, emociones, pensamientos... los archiva y los clasifica. El objetivo es que a partir de toda esta información recopilada podamos actuar de forma más eficiente en futuras ocasiones sin tener que analizar de nuevo todos los factores.
PERO LLEGAN LOS BLOQUEOS Y TRAUMAS...
Os comentaba que la etapa comprendida entre la concepción y la niñez es muy sensible y algunas de las experiencias adversas para el embrión/feto/niño pueden tener una gran trascendencia en el futuro. Imaginaros un niño que al nacer recibe golpes en el culo para provocar que llore y es separado de la madre. Esto puede generar traumas o bloqueos emocionales que condicionen de por vida sus creencias y comportamientos en su vida futura.
En el caso que os cuento, puede que el niño al principio o el adulto cuando crezca tenga la creencia que el mundo y la gente son peligrosos y que no recibe el amor que necesita. La experiencia ha sido tan profunda que cada situación vivida en el futuro pasará por el filtro del trauma/bloqueo del momento del parto. En muchos casos, aunque queramos enfocar la situación de otra forma, intentemos racionalizar y pensar que no todo el mundo supone un peligro para nosotros o que hay personas que sí nos quieren, tendremos el malestar interno, la sensación que algo va mal.
En definitiva, los bloqueos y traumas emocionales, que pueden producirse tanto en las primeras etapas de nuestra vida como cuando ya somos adultos, tienen una gran incidencia en nuestras creencias y en la forma como vivimos la vida ya que suponen un obstáculo para que podamos interpretar y gestionar de otra forma las experiencias en nuestra vida. Suponen un lastre que nos impide avanzar.
¿CÓMO CAMBIAR LAS CREENCIAS?
Como paso previo a grabar creencias potenciadoras, el Método INTEGRA plantea hacer un trabajo de liberación de varios bloqueos que pueden interferir en el proceso. Me refiero a los bloqueos y traumas emocionales que ya he citado pero también a los acuerdos kármicos, las lealtades familiares, los espíritus y las energías negativas externas.
Realizado este trabajo es cuando podemos hacer la grabación de creencias potenciadoras: definimos un objetivo, anotamos todas las creencias asociadas a este objetivo y realizamos un proceso para grabar estas creencias nuevas más alineadas con lo que queremos en esta vida. Cuando hemos liberado los bloqueos y hemos grabado las creencias, es nuestra responsabilidad enfrentarnos a nuevas situaciones retadoras y comprobar como nuestro estado mental, emocional, energético ha cambiado ante esta situación y consolidar así el proceso de transformación.
Fotoo de Mikito Tateisi en Unsplash
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