Los bloqueos y traumas emocionales interfieren en nuestra realización y en la consecución de nuestros objetivos en general y pueden favorecer también la aparición de la timidez. En este artículo te explico estos dos conceptos para que entiendas la importancia que tienen las emociones en nuestro día a día y cómo se pueden liberar estos obstáculos.
Todo es energía... también las emociones
Para empezar es interesante comprender que, como han demostrado los científicos, todo en este mundo es energía materializada de diferentes formas. Y, en consecuencia, nosotros somos pura energía. Nuestro campo energético, nuestro cuerpo, nuestros pensamientos... y nuestras emociones.
Sí, nuestras emociones son energía. Y esta afirmación tiene unas consecuencias trascendentales porque las emociones son energías que son sentidas por nuestro cuerpo. Las emociones "positivas" tienen unas vibraciones altas mientras que las "negativas" vibran bajo. Y cada una de nuestras células, por resonancia, acaban adoptando las vibraciones de nuestras emociones. O sea, nuestras células vibran a la misma vibración que nuestras emociones.
Las emociones "negativas"
En nuestra vida cotidiana tenemos un sinfín de experiencias que nos generan un gran número de emociones. Las "emociones negativas" (tristeza, rabia, odio, preocupación, frustración, impotencia...) son las que nos indican que estamos ante una experiencia que va en contra de alguna creencia o necesidad vital.
En el caso concreto de la timidez, las experiencias provienen de interacciones sociales que no se producen como queremos. Recibimios un rechazo, una burla, una desaprobación, una humillación...
Cuando sentimos una emoción "negativa" y no somos capaces de gestionarla (porque no sabemos manejar una situación), la reprimimos o bien reaccionamos de forma inapropiada lo que nos genera nuevas emociones "negativas". La vibración de las emociones "negativas" queda atrapada y grabada en cada una de nuestras células.
Los bloqueos emocionales y la timidez
Como consecuencia, a lo largo de nuestra vida, si no sabemos gestionar nuestro día a día, nuestras células y nuestro cuerpo se van cargando de emociones "negativas" procedentes de situaciones no resueltas satisfactoriamente. Y si no liberamos estas emociones, nuestra "mochilla emocional" se hace cada vez más pesada. Nuestra tristeza, dolor, frustración, impotencia, rabia... se van acumulando y suponen un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos y nuestra felicidad.
Las emociones "negativas", procedentes de situaciones no resueltas, se van reforzando cuando vivimos posteriormente situaciones similares que reactivan dichas emociones. Se va generando de esta manera un bloqueo emocional, un patrón que nos lleva a comportarnos de una determinada forma ante situaciones parecidas en las que nos sentimos incómodos. El bloqueo emocional se convierte en bloqueo conductual: acabamos reaccionando de una forma no deseada y no satisfactoria para nosotros.
Por ejemplo, si hablamos de la timidez, imagínate que en tu infancia experimentaste una desprotección o falta de apoyo que te causó inseguridad e incapacidad de tomar decisiones. Estas vibraciones bajas se instauraron en tus células y tu cuerpo. Cada vez que has afrontado un reto has revivido estas emociones y estas frecuencias vibratorias, lo que ha reforzado tu patrón de no ser capaz de tomar decisiones. Esta inseguridad se ha ido presentando en cada momento que tu vida cuando te has enfrentado a retos en tu vida. Y a cada experiencia, el bloqueo emocional se ha reforzado.
Los traumas emocionales y la timidez
Los traumas emocionales son parecidos a los bloqueos pero la diferencia es que proceden de experiencias que han supuesto un impacto emocional más contundente (traumas procedentes de malos tratos, violaciones, pérdidas súbitas de personas queridas, accidentes graves, situaciones de violencia...).
A raíz de estas situaciones extremas, nuestro corazón, el centro de nuestras emociones, se protege de este trauma y genera una coraza que le impide sentir con intensidad todas las emociones. El objetivo positivo es no sentir el dolor pero este no sentir no nos permite gestionar las emociones correctamente. Si reprimimos nuestras emociones no las reconocemos y no las podremos gestionar. Pero además, tenderemos a vibrar en nuestra vida con esta vibración baja que se ha quedado atrapada en nuestras células y nuestro cuerpo.
Por ejemplo, imagínate que has perdido a un ser muy querido de una forma súbita, inesperada. Tu corazón genera una coraza que le impide sentir el dolor generado por el amor que sentías por esa persona y el hecho que ya no esté contigo. Bien, esta coraza, este no sentir, se puede convertir en un hábito general en tu día a día. Puedes dejar de sentir para no sufrir pero este estado vibracional bajo se mantiene en tu cuerpo y puede incluso no permitirte amar con la misma intensidad con la que lo hiciste antes del trauma emocional.
Efectos en la timidez
Como hemos visto, las interacciones sociales no satisfactorias que hemos tenido en nuestra vida pueden desencadenar bloqueos emocionales que se activan aunque hayan pasado muchos años desde la experiencia inicial. Y, por otra parte, los traumas emocionales pueden mantenernos en un estado de falta de energía, vitalidad y emocionalidad que nos impidan vivir las relaciones con los demás con entusiasmo. Estos son dos retos importantes a abordar en las persona tímidas.
Efectos en la salud
Las repercusiones de los bloqueos y traumas emocionales no se ciñen solo a nuestros comportamientos o estados de ánimo sino a nuestros pensamientos, nuestro campo energético y nuestro cuerpo. Centrándonos en este último caso, cada emoción, positiva o negativa incide en determinados órganos de nuestro cuerpo con lo que las emociones "negativas", al no ser bien gestionadas, se somatizan en nuestro cuerpo y generan enfermedades de todo tipo.
La razón no cuenta
En el caso de los bloqueos y traumas emocionales, el hecho de entender la situación, el porqué nos ocurre lo que nos ocurre y saber qué podríamos hacer para salir de donde estamos, no implica que liberemos la emoción y solucionemos el problema. Podemos incluso poner la intención en cambiar nuestra actitud y actuar de otra forma pero volvemos a tropezar con el mismo obstáculo. El motivo es que las emociones y nuestros comportamientos se generan en el subconsciente y por la vía de la comprensión racional y la intención es muy difícil obtener resultados.
La liberación de los bloqueos y traumas emocionales
Afortunadamente, el Método INTEGRA ofrece la posibilidad de liberar estos bloqueos y traumas que han quedado atrapados en nuestro cuerpo. Lo hace interaccionando con el subconsciente a través del test muscular, del uso de imanes y de movimientos oculares que activan diferentes partes de nuestro cerebro. El objetivo de estos ejercicios es generar una energía opuesta a la de la emoción de modo que ésta se neutraliza. Con esto, los bloqueos y traumas emocionales se liberan y dejan de interferir en nuestra vida.
En próximos artículos veremos que hay otros elementos que también pueden interferir en nuestra vida como los acuerdos kármicos, las lealtades familiares, los espíritus, las energías negativas externas y las creencias limitantes.
¿Tienes la sensación de arrastrar ciertos estados anímicos y emocionales en tu vida y a no saber salir de ellos por mucho que intentes hacerlo de forma racional? ¿Eso afecta a tus relaciones con los demás e implica que te comportes con timidez? ¡Puede que tengas algún bloqueo o trauma emocional!
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Photo de Caleb Woods en Unsplash
Patricia Cárdenas riaño Dice:
Buenas tardes muchísimas gracias por el articulo yo creo que si tengo traumas uno de ellos es que me falta motivación se que tengo que buscar trabajo tengo las ganas pero no actuó me quedo esperando que todo me llegue no se como vencer este miedo también cuando tengo que tomar una decisión que depende de mi no reacciono si no hasta después y las personas piensan que no hay interés y no es eso simplemente soy como una tortuga me demoro y es molesto sobre todo con mis her.anos que me persiben despreocupada
Albert Torrent Dice:
Hola Patricia,
Por lo que me dices veo que tienes un miedo que te lleva a no pasar a la acción. Seguramente que esta actitud vienen de algunas experiencias que te enseñaron que no eras capaz, que no podías, que no merecías… A medida que ibas teniendo estas experiencias adquiriste unos hábitos y unos patrones acordes con estas creencias que te llevan a actuar ahora de esta forma y a mantener ese tono energético bajo, apático que dices. Sería interesante que explicaras a tu entorno que no pasas, que simplemente a veces no haces las cosas por miedo.
Te planteo que cada día te propongas realizar pequeños objetivos que supongan para ti un reto, que te despierten un poco de miedo. Empieza por los más sencillos y a medida que vayas cogiendo confianza, pasa a los objetivos más retadores. Disfruta y date recompensas cuando lo hayas realizado. De esta forma irás integrando que realmente sí puedes hacer lo que te propones.
Sí, una buena ayuda sería liberarte de estos bloqueos energéticos que te llevan a demorar, a aplazar, a no actuar… y tener una creencias que te permitan confiar en ti, conectando con tu poder y con tu vitalidad para conseguir lo que quieres en tu vida. Si quieres que te eche una mano, ya lo sabes. 😉
Un saludo y gracias por tu comentario 🙂